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Una carpintería es conocida porque los trabajos que se van entregando hablan de la experiencia de los carpinteros que los han elaborado. Aunque ayudado por maquinaria que facilita el desarrollo de los trabajos, el trabajo de carpintero sigue teniendo un componente artesanal muy importante y la experiencia y habilidad en la elaboración de cualquier proyecto es fundamental para el éxito del mismo.
La historia de mi vida va unida a la madera y a este oficio desde muy joven.
Es en el año 1989 cuando empecé en el mundo de la madera, convirtiéndose con el paso de los años en mi profesión, pero sobre todo en mi gran pasión. Disfruto con mi trabajo y procuro transmitirlo en cada uno de los retos a los que me enfrento.
Bien sea un pequeño mueble de diseño o una gran estructura en madera procuro satisfacer al cliente en sus pretensiones y a la vez transmitirle mi admiración por este mundo. Mi intención al término de un trabajo es que el cliente quede satisfecho a la vez que sorprendido con la gran versatilidad de este material.
La pasión por el mundo de la madera me ha llevado siempre a estar al día, en todo lo relacionado con este noble material, desde ese pequeño cuarto de 15 m2 en San Juan del Puerto, han pasado más de 30 años, y hoy contamos con unas instalaciones de 750 m2, recursos humanos, mecánicos y logísticos necesarios para realizar dicha actividad con la máxima calidad, para transformar la madera en cualquier elemento que se pueda imaginar.
En la actualidad, con múltiples proyectos entregados en estos años, afrontamos el futuro con optimismo y motivación reforzada, sabiendo que la experiencia acumulada nos permite abordar con éxito cualquier trabajo en madera que un cliente necesite, tanto si es trabajo artesanal para particulares, como si es trabajo industrial para empresas que requieran respuesta en tiempo y calidad en el resultado entregado.
Mi nombre es Diego Redondo y mi taller Carpintería Redondo.
